jueves, 17 de febrero de 2011

Liberación:
del Celular al Yo Colectivo


Dr. Francisco Montfort Guillén


En el marco del intercambio permanente entre los miembros de la Cátedra Itinerante UNESCO “Edgar Morin” (CIUEM)y del Instituto Internacional para el Pensamiento Complejo (IIPC), acerca de distintos temas e investigaciones en curso, se generó un rico debate en torno a los sucesos ocurridos recientemente en Egipto. En esta ocasión compartimos uno de los artículos enviados por el Dr. Francisco Montfort Guillén, miembro del Consejo Académico del IIPC.

Es la zona de las más viejas civilizaciones. Agua que corre milenariamente atrayendo culturas para perdurar sobre el polvo del desierto. Monumentos que miran impávidos la agitación de conflictos y contradicciones políticas, pero también económicas y religiosas. Guerras tormentosas que hacen olvidar la comprensión, la clemencia y la tolerancia. Monoteísmos religiosos que crean verdades únicas con dioses envidiosos, celosos, excluyentes. Problemas vivos bajo el subsuelo de la ignorancia que no requieren trabajos de excavación arqueológica para resurgir a una superficie deseosa de vivir las novedades desde lo nuevo: el reencuentro de la humanidad encarnada en personas hasta hace poco tiempo desconocidas y antagonistas o mutuamente ignoradas.

Su olvido recíproco y el arrinconamiento de los conflictos parecían convertirse en silencio, compañero del mudo lenguaje de los monumentos, hasta que el flujo de la vida vuelve a hacer estallar las voces, el contacto de las gentes, los cantos, los rezos y los gestos de la camaradería. Sólo en el movimiento social renace y se expresa y se reafirma la individualidad y se constituye el nosotros como yo colectivo, que todo lo cohesiona y lo hace actuar como un solo cuerpo. Se deja de ser el creyente religioso, el profesionista, el ama de casa, el anciano o el joven para transmutarse en el activista, el participante, el manifestante, el acompañante que adquiere la nueva identidad efímeramente resistente, del que protesta por un fin común o, más precisamente, el que participa en un acto libertario que redimensiona la individualidad y la identidad de cada quién. El ansia de vivir lo nuevo desde la invención, en la ancestral tierra, la de los milenios culturales, cunas de la historia del hombre y cunas de una nueva civilización: la del colonialismo moderno que controla el petróleo como producto originario y sustento del tabú de la felicidad de la abundancia.

En estas tierras del origen de las historias culturales irrumpe otra fuerza cultural, producto de la modernidad tecnológica. Es el triángulo que soporta un reciente proceso civilizatorio. Se trata del soporte tecnológico de lo que Manuel Castells define como la variante más reciente del modo de producción capitalista. Es el modelo de desarrollo informacional que conjunta, en la antropología de la nueva economía política, la revolución de la información con las ciencias de la vida, tecnobiología informática que modifica en su raíz el trabajo de, y la comunicación entre, las masas. Es la interconexión ciencia/tecnología que influencia la robótica y los nuevos estándares de productividad, rapidez y calidad laboral competitiva y, por supuesto, las relaciones interpersonales. Ese poderoso triángulo formado por la telefonía celular y sus cada vez más sofisticados soportes; la internet y las computadoras con potencialidades crecientes; y los buscadores de información, cuya velocidad sólo se compara en sofisticación con las inhumanas, por extensas, bases de datos o bancos de información, es ese triángulo, repito, el que está modificando de raíz la educación, la escolaridad y la sociabilidad.

El norte de África está en ebullición. Explicar esta situación desde la sencillez de los lugares comunes del levantamiento de los pueblos oprimidos contra los tiranos malévolos sirve para calmar conciencias falsas y evitar la reflexión profunda. Pero no ayuda a pensar en las oportunidades de crear un renacimiento civilizador a partir del nuevo modelo de desarrollo informacional que comanda las transformaciones. Sin reflexión, su lugar lo tomará la angustia provocada por el estado de conmoción social y política que vive el mundo. El capitalismo rotura las tierras antes de hacer florecer las nuevas cosechas. Esta premisa de los fundadores del pensamiento/acción del marxismo podría ser de gran utilidad para escapar en este momento de las explicaciones fáciles que ven en el incendio norafricano la benevolente acción de los “hijos del Twitter”.

El florecimiento cultural del continente africano, especialmente en el norte, incluida la convivencia armoniosa de religiones contradictorias debido a su reclamo de unicidad y a su vocación de dominio universal, como sucedió por décadas en Beirut, nunca ha sido acompañado por regímenes democráticos. Y, por otra parte, es necesario recordar que la división política actual es el fruto de la colonización europea, centralmente inglesa y francesa. Más todavía: la descolonización de esta región ocurre paralela con la división geopolítica, ideológica, geoeconómica y cultural de la Guerra Fría. La necesidad de gobiernos con hombres fuertes, alineados con cualquiera de las fuerzas dominantes, y aún los países que pretendían conjuntarse con el grupo de “Los no Alineados”, ha conocido un fuerte desgaste no sólo por la longevidad de los líderes eternizados en el poder, sino también por los cambios internos y los reacomodos del fin de la Guerra Fría.

Olvidar estas situaciones de la realidad de esta zona estratégica por sus riquezas petroleras, sus estructuras de poder culturalmente colonizadas y las divisiones religiosas entre cristianos y musulmanes y éstos entre sunitas y chiítas, provoca la simplificación de atribuir un exagerado protagonismo a las redes sociales y telefonía personalizada. La pregunta obligada es ¿por qué las redes electrónicas y la telefonía celular pudieron jugar un papel relevante y en que consiste ese papel?

El informe mundial de 2010 sobre Desarrollo Humano del PNUD ofrece algunas pistas. En términos del desarrollo humano, es decir del capital humano excluyendo la renta o ingreso per cápita, los países del norte de África y el Medio Oriente han conocido una transformación altamente significativa. Es esta zona, según la ONU, la que ha conocido el mayor índice de progreso, si bien en términos de crecimiento económico la supremacía se ubica en Asia del Este. De 1970 a 2000, entre los diez países con mayor evolución en desarrollo humano se ubican Omán, Arabia Saudí, Túnez, Argelia y Marruecos. Destaca especialmente Túnez que ha logrado una mayor esperanza de vida que China, lo que significa mejor salud y una mejor tasa bruta de escolarización y mejor calidad de educación, según el índice del PNUD. Los países mencionados han logrado mayor eficiencia en materia de transmisión de técnicas, conceptos e ideales en materia de vacunación, manejo de agua potable, derecho a educación de calidad, calidad de las instituciones y voluntad política. En Túnez, el legendario Habib Bourguiba introdujo reformas que escolarizaron a niñas y niños en educación primaria; facultó a las mujeres mediante reformas que produjeron, por ley, aumento de la edad de las mujeres para contraer matrimonio, liberó el mercado de los anticonceptivos, introdujo la ley de planificación familiar, legalizó el aborto, ilegalizó la poligamia, concedió a las mujeres el derecho a divorciarse y el derecho a votar y ser votadas. El porcentaje de mujeres universitarias es mayor en Túnez que en México y Hong Kong y ofrece atención sanitaria a toda la población y sus programas de obras benefician especialmente a trabajadores no calificados y, de igual manera sucede con los programas alimentarios.

Existen situaciones similares en Argelia y Marruecos, en Arabia Saudí y en Egipto. Todos estos países han conocido tasas de crecimiento económico promedio del cinco por ciento en los últimos años. Así que la historia romántica de los pobres que no soportan más a sus explotadores debe ser puesta en sus términos reales, En las actuales protestas que convulsionan el mundo árabe existe un componente importante de jóvenes pobres que protestan. Pero el peso mayor de los insurgentes ha recaído sobre los jóvenes con más información, mejor educación, con acceso a los elementos del nuevo triángulo de la productividad. Son las nuevas clases medias, no los desheredados los que exigen otro tipo de gobierno, sin líderes eternos, menos fanáticos en su religión, más tolerantes culturalmente. Las redes sociales y los celulares pueden acelerar las protestas, pueden ayudar a la organización clandestina de la misma manera que ayudan a las autoridades a mantener el poder. La diferencia siempre estará promovida por el efecto demostración de la mejor calidad de vida, de la influencia de la nueva cultura juvenil, de la necesidad de vivir las libertades y no las promesas de los redentores, de los ayatolas religiosos o laicos que creen ser la encarnación del cambio, la rectitud y el progreso. No es la desigualdad el motor del cambio que viven Egipto y los demás países de la región. Sin menospreciar el efecto devastador de la pobreza, una vez más se demuestra que es la libertad, la educación y un cierto crecimiento económico producto del conocimiento, la educación y la salud el conjunto de elementos que promueven los cambios. Las redes y los celulares, sin la vivencia del nosotros convertido en yo colectivo gracias a las relaciones personales en las plazas públicas, sólo constituyen tecnologías de aislamiento personal y de inhibición de la sociabilidad. El capitalismo rotura el cambio, pero son los seres humanos, en tanto seres políticos, quienes lo hacen realidad.

jueves, 10 de febrero de 2011


Actividad de Intercambio

CIUEM - GRECOM

En la foto de izq a der: Alejandro Ruiz Balza, Thiago Lucena y Raúl D. Motta.

El Dr. Raúl D. Motta, Director de la Cátedra Itinerante UNESCO de Pensamiento Complejo “ Edgar Morin” (CIUEM) y el Licenciado Alejandro Ruiz Balza, Secretario Académico del Instituto Internacional para el Pensamiento Complejo (IIPC), recibieron en la sede de la CIUEM en Buenos Aires a Thiago Lucena, estudiante de Maestría en Ciéncias Sociales de la Universidade Federal do Rio Grande do Norte (UFRN/BRASIL), Investigador del Grupo de Estudos da Complexidade (GRECOM) y alumno de la Profesora Dra. Maria da Conceição de Almeida.

Durante la misma se expusieron las líneas centrales de investigación en curso en la CIUEM, se destacó la visión compartida por ambas instituciones acerca de la importancia de no participar de la visión reduccionista, fragmentaria y divulgadora que pretende tratar como consigna de moda al pensamiento complejo, y se recibieron distintos materiales impresos y multimedia del Encuentro realizado en la Ciudad de Fortaleza en 2010.